La Niña Bizca del Mercado del Paso.
“TENEMOS LECHE”, gritó una niña. Y su madre que trabaja con ella y que en ese momento se encontraba leyendo la revista de los últimos chismes de farándula, tuvo que lanzarla por encima de su hombro sin ver donde caería para poder salir corriendo a donde quiera que fuere que hubiese leche, parece que aún no caía en cuenta que la del grito fue su pequeña hija, la bizca, de apenas 9 añitos de edad. Su tía que también trabaja en el mercado, pero no en el mismo puesto que la niña y que para ese momento vendía un kilo de carne molida, esta tía si supo que fue la niña, también dejo el despacho para salir corriendo en busca de la leche. DONDE BIZCA DONDE!!! Le grita la tía y como el corrientazo de una certera cachetada la madre cae en cuenta que la del grito fue la niña, la pequeña en reacción vuelve al mundo que le ha tocado vivir desde pequeña y le dice a la madre, “porque tanto grito mamá, que paso, que le pasa a la tía” la madre y la tía de la bizca le confrontan en una desesperada búsqueda de respuesta auditiva mientras que con los ojos dan búsqueda en todo su alrededor por la leche, “LA LECHE HIJA LA LECHE, DONDE ESTA, DONDE LA VISTES” la niña como lo que hacia era jugar en su mente ya que la muñeca de siempre se le había quedado en casa ese día, jugaba a ser una miss Venezuela, y que cuando después de cuatro vueltas con diferentes ropas y trajes por fin gano, solo en sus sueños alcanzo a decir por micrófono cuando le preguntaron que se sentía ganar “las venezolanas TENEMOS LECHE” pero bien como saber que seguía si la transmisión que era en sueño directo y por satélite fue interrumpida por su madre y su tía con gritos desesperados buscando leche. Como si hubiese acaso.
Después siguió jugando ahí, en su pequeño mundo de ventas al detal, en su pequeño mundo con colores de mucho trabajo y poco estudio y no mucho futuro. Mirando con sus ojos bizcos y su inocencia aun al vilo en el aquel mercado del paso, donde los olores de la sangre del pollo se mezclan con los olores de las flores y del insecticida. Unos ojos bizcos que no tienen tiempo de ir a ver el mundo fuera del mercado ni de su casa, porque aun no ha podido ir ni a la escuela, como va ha saber que existe un hombre llamado oculista, que si al menos sus ojos pudiesen ir a visitarlo volvería con unos hermosos anteojo con vidrios de corrección y marco de color azul, porque siempre le ha gustado ese color, lo dice en su vestido, en sus ganchos de pelo, en sus zapatos rasgados no por el tiempo sino por el mercado mismo, así como le ha estado rasgando el futuro y los sueños de ser una miss Venezuela, de todas formas y creyendo yo que así la ayudo un poco, cada ves que voy al mercado del paso le compro una cajita de cualquier cosa que ella me venda, porque la dulzura de su mirada solo se ve un poco difusa por lo bizco de sus ojos.
“TENEMOS LECHE”, gritó una niña. Y su madre que trabaja con ella y que en ese momento se encontraba leyendo la revista de los últimos chismes de farándula, tuvo que lanzarla por encima de su hombro sin ver donde caería para poder salir corriendo a donde quiera que fuere que hubiese leche, parece que aún no caía en cuenta que la del grito fue su pequeña hija, la bizca, de apenas 9 añitos de edad. Su tía que también trabaja en el mercado, pero no en el mismo puesto que la niña y que para ese momento vendía un kilo de carne molida, esta tía si supo que fue la niña, también dejo el despacho para salir corriendo en busca de la leche. DONDE BIZCA DONDE!!! Le grita la tía y como el corrientazo de una certera cachetada la madre cae en cuenta que la del grito fue la niña, la pequeña en reacción vuelve al mundo que le ha tocado vivir desde pequeña y le dice a la madre, “porque tanto grito mamá, que paso, que le pasa a la tía” la madre y la tía de la bizca le confrontan en una desesperada búsqueda de respuesta auditiva mientras que con los ojos dan búsqueda en todo su alrededor por la leche, “LA LECHE HIJA LA LECHE, DONDE ESTA, DONDE LA VISTES” la niña como lo que hacia era jugar en su mente ya que la muñeca de siempre se le había quedado en casa ese día, jugaba a ser una miss Venezuela, y que cuando después de cuatro vueltas con diferentes ropas y trajes por fin gano, solo en sus sueños alcanzo a decir por micrófono cuando le preguntaron que se sentía ganar “las venezolanas TENEMOS LECHE” pero bien como saber que seguía si la transmisión que era en sueño directo y por satélite fue interrumpida por su madre y su tía con gritos desesperados buscando leche. Como si hubiese acaso.
Después siguió jugando ahí, en su pequeño mundo de ventas al detal, en su pequeño mundo con colores de mucho trabajo y poco estudio y no mucho futuro. Mirando con sus ojos bizcos y su inocencia aun al vilo en el aquel mercado del paso, donde los olores de la sangre del pollo se mezclan con los olores de las flores y del insecticida. Unos ojos bizcos que no tienen tiempo de ir a ver el mundo fuera del mercado ni de su casa, porque aun no ha podido ir ni a la escuela, como va ha saber que existe un hombre llamado oculista, que si al menos sus ojos pudiesen ir a visitarlo volvería con unos hermosos anteojo con vidrios de corrección y marco de color azul, porque siempre le ha gustado ese color, lo dice en su vestido, en sus ganchos de pelo, en sus zapatos rasgados no por el tiempo sino por el mercado mismo, así como le ha estado rasgando el futuro y los sueños de ser una miss Venezuela, de todas formas y creyendo yo que así la ayudo un poco, cada ves que voy al mercado del paso le compro una cajita de cualquier cosa que ella me venda, porque la dulzura de su mirada solo se ve un poco difusa por lo bizco de sus ojos.
José Antonio O.L.
5 comentarios:
Es una historia tan "linda" pero su realidad no deja de golpear, solo imagine cuando lo leía en que todos tenemos algo bizco y que no nos permite dejar de soñar, en que cambiamos nuestras realidades por un sueño cualquiera, ojala nunca perdamos a esa niña bizca que tenemos dentro y podamos seguir soñando y hacer un poco mas suave este transitar. Un beso. No dejes de escribir me acostumbre y me gusta leerte.
gracias mi amor por tu comentario. gracias por tu ayuda, gracias por siempre estar hay, incluyendo aqui. por supuesto gracias por ser quien eres. espero que siempre de todo lo que escribo aunque sea ha una persona le guste, eso llena complace y me inspira un poco cada dia para seguir escribiendo mis buenas tonterias. besos mi amor. jaol.
La inocencia de los niños...
y la angustia de este país nuestro tan escaso de todo...
Hermoso relato, golpea justo en el mero centro del corazón
te dejo besos, Náufrago :)
Pariente amigo;
Ando en una de ausencias que espero me disculpes, ya estoy aquí con limitaciones de tiempo, pero gustoso de agradecer vuestra presencia en mi blog.
***
Fluir del tiempo donde todo muere y nace,
la vida se evapora,
se remolina en el querer volver y no regresa,
horas inalcansables sumidas al recuerdo
que se pierde en los ocasos.
abrazos para tu alma
gracias mary y gracias gerardo. los mejores abrazos y muestras de afecto a distancia son las palabras que ustedes utilizan para llegarme. se les aprecia mucho y gracias por su apoyo.
José Antonio Omaña.
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