jueves, 25 de agosto de 2011

ÉRAMOS MUCHOS Y AHORA PARIO LA ABUELA

Bajando de mi alma como se baja del cerro
bajando antes de la caída en la noche.
Bajando antes de escuchar tus gritos
bajando antes de entender tus órdenes.

No es que el llanto del niño me moleste
era la costumbre de no saber de otros.
De la última boda solo queda la novia
y ya éramos muchos y ahora parió la abuela.

No tengo monedas para la cadena de oro
y en la pila solo agua estancada queda.
No me dices si es niña o niño
no veo su piel blanca o tez morena.

Como se te ocurre viajar sin ruedas
caminar sobre la baranda y descansar en acera.
Sobran vasos y falta agua o cerveza
y ya éramos muchos y ahora parió la abuela.

Quiero descansar en chinchorro roto
oler la tarde, la brisa, la arena y la niebla.
No saber del ocho ni del treinta y tres
Escapar soñando y despertar de pie.

Hay un derrame de esperanzas nuevas
se abren las flores y cierran las azucenas.
Cada día consigo menos pan, leche y ñema
y ya éramos muchos y ahora parió la abuela.

miércoles, 27 de abril de 2011

AHÍ VA EL AMOR




Mira… ahí va el amor, no lo reconocía,
una vez siendo niño, en las calles de un llano chiquito
y con una extraña mezcla de gusto, susto y busto
vi pasar un cuerpo de mujer que era distinto a las demás
era el cuerpo de esa sureña, con el que mi alma aun sueña.

Después crecimos, volamos, nos separamos;
vague de pueblo en pueblo, de cuerpo en cuerpo
de frenesí en frenesí, y el amor con sus azares te olvidaba,
y al correr mas duro y despiadado, para viajar más lejos,
terminaba en mi mente siempre cruzando esa montaña nevada.

Comencé a escribir de maneras melancólicas,
para aquellos amores que no se iban ni venían
para las gordas, las pequeñas, las flacas, rubias y morenas,
para las que no doblaron la esquina y sobre todo a ti
que al partir en viaje evitando el invierno norte, te llevaste el mío.

Hoy veo de nuevo al amor ya con cabellos grises,
comprendo por sus tantos viajes falsos y verdaderos;
escucho aquel niño que conoció al amor en las calles del llanito
decirme en voz baja y con la pena aun en sus ojos…
Mira… ahí va el amor, que de niños nos consumía.