martes, 22 de julio de 2008

UN CUENTO DE SÁBANAS

Aunque entre dormido y despierto a través de la ventana veo salir lentamente el sol, es en ese instante en que mi mente comenzó a difuminar un boceto de las pantaletas que tenias puestas anoche y que ahora son una parte importante en el cuento de este día, porque sabes en ellas vuelvo a encontrar la paz que la noche anterior me negaste contando del Diez al Cero y con la desfachatez de no parar en el Cinco para poder respirar por el olor de tus pies que ya no recuerdan que pronto ha de venir el talco aquel con olor a vainilla.
Anoche te vi aparecer envuelta en el olor que te ganas después de un arduo día de trabajo con un color amargo mamado del trabajo y el estudio pero recobras tu sensualidad que el día te robó cuando antes de bañarte me dices al oído "te quiero hacer el amor".
Caramba para semejante invitación solo necesito abrir la llave de mi pasión y quitarme la ropa antes de abrir la puerta, pero me dices “en la cama no, puse la sábana nueva”, que puntaje tan alto para romper siempre con la armonía del momento, bueno mi niña solo voy a regalarte mis sonrisas ya que aun pienso que hacerte el amor es tocar el firmamento, así que te lanzo en la alfombra para hacerte el amor.
“En la alfombra tampoco” “si le salen manchas te matare” y si mejor agarro la alfombra que tu escogiste y yo pague y la lleno de fresas con crema. Creo que tampoco te gusto el chiste porque al instante te pusiste la ropa y te fuiste, ah por cierto, las pequeñas palabras en ingles que están en la limpia y nueva sábana, traducidas cantan lo siguiente "Bienvenidos al Hogar donde Solo se Hace el Amor".
La risa casi me desenchufo y la ironía de anoche hizo de mi cuerpo una completa ligadura de entremezclas de rabia por dejar que sea así como muriera el día. Volver hoy a la oficina, apartarme de ti unas horas hasta que caiga el día y pueda verte de nuevo, solo que para hoy tomare otras acciones y decisiones, como ya te fuiste quite las sábanas de hacer el amor y puse las viejas que no te gustan, ah por si acaso, fui yo quien quito la alfombra y la puse ahora en el baño. Sobre las viejas sábanas cuando llegues esta noche a casa te amaré y te enseñare que todo es cuestión de ir envejeciendo las cosas nuevas para poder vivir sobre ellas, y yo he aprendido que no importa si la sábana nueva dice bienvenidos todos a gozar, no importa, igual son nuevas y sobre ellas solo puedo echar mis salivas al roncar.
En las sábanas viejas la armonía del momento no se rompe y con ellas puedo ir y tocar el firmamento, puedo recordar el porque estas aquí conmigo, con las sábanas viejas puedo arroparme y pasar frío, puedo acostarme desnudo sobre ellas y sudar como maratonista del amor. Ah y para ustedes, ya saben, no importa que compres la sábana de seda roja con las palabras mas seductoras, el primer día no las uses para hacer el amor, “son de adongo”.
José Antonio O.L.

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